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miércoles, 5 de septiembre de 2012

hace un tiempo.


Quisiera algo feliz ahora, algo que realmente me hiciera salir de la realidad. Esta realidad tan estúpida y rutinaria que debo vivir todos los días. Quisiera no sentirme sola, y no necesito diez personas a mi lado para lograrlo, generalmente, mientras más gente hay, más sola me siento. Puede ser porque son todos de cartón, quisiera no sentirme sola. Me gustaría poder hacer canciones, o poder dibujar y poder escapar a través de esas cosas que la gente hace en sus tiempos difíciles o buenos tiempos, pero lo hace. Mi situación actual, es que me siento totalmente inútil frente al mundo. Cada vez que me alejo, caigo un poco más dentro de las redes de la gente normal, esa gente que tanto me apesta. Es lo que menos quiero, ser como ellos. Pero simplemente, no se puede escapar.
Quisiera entregarle toneladas de amor, las cosas más hermosas para que pueda volver a sentir. Lamentablemente, todo tiene sus límites. Las personas se cansan de intentar, se cansan o se aburren, como sea. Tanto luchas por algo, y no lo consigues. Me dijeron hoy que nunca me canse hasta conseguirlo, pero es difícil. En todo caso, ¿por qué todo siempre tiene que tener un propósito? ¿No puedo hacer las cosas simplemente porque yo quiero? Me vuelvo a dar cuenta de que todo está repleto de limitaciones. Debería poderse llegar lejos, a las estrellas o a la luna, sin que nadie te ponga un pero. No puedo depender tanto de mi entorno, no puede afectarme tanto sus formas de vivir. No puedo seguir aferrándome a algo que cada una semana me suelta. Quiero sentirte cerca, no sirven las palabras. Las palabras son un asco, son un asco para mí. Ahora solo queda una cosa, esperar algo realmente bueno para encontrar nuevos motivos para vivir, porque hay veces en que se acaban, y no se encuentra algo para respirar. Sería fácil dejar de respirar. Es más fácil que vivir, por eso no lo hago. No me gusta lo fácil, pero me cuestiono cada vez que elijo algo difícil. Pienso que las personas con vidas más fáciles, son las que menos viven.
Estoy cansada de que ellos observen cada uno de mis movimientos, qué les importa lo que hago y lo que no. ¡Qué ganas de ser libre y hacer lo que yo quiero! Poder escapar contigo tan lejos, que ni si quiera el FBI nos pueda encontrar. Qué bueno sería, hacer ese tipo de cosas. Equilibrarse un poco, que algo no sea demasiado bueno para pagar nuestros crueles delitos días después e irnos al piso. Más que piso, una cueva de la que nos cueste mucho salir. 

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