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lunes, 9 de julio de 2012

Un despertar distinto.

Es la primera cosa que hago de este coso. Y quiero escribir acerca de como fue la maldita noche recién pasada, doy gracias a Dios que ya acabó. Eran las 2, las 3, las 4 y luego las 5, y todo seguía igual. Como siempre estaba esperando que algo cambiara, quizás que cayera una estrella fugaz arriba de mi cama y que yo pidiera el mismo deseo de cada vez que caía una y las cosas se arreglaran. Pero no, esta vez no hubo cosas de ese tipo. Lo único que sucedió es que mis sábanas estaban totalmente fuera de control, me estaba ahogando bajo ellas y mi almohada parecía el río más grande del mundo (aunque no tengo ni idea de como es). Pero eso no fue todo, no fue ni si quiera la mitad. Los sueños estúpidos que suelo tener que no me dejan en paz y que tienen una leve semejanza con la realidad vuelven a aparecer. Para mi, soñar no es dormir. Mi mente sigue activa y me hace más daño aún que estar despierta. Aunque en ambos estados pienso lo mismo y termino auto-destruyéndome. Me imagino que soy como esos monitos de juguetes que dicen "autodestrucción!" y pafff, explotan. No tienen control, no tienen cerebro ni piensan antes de hablar. Me siento tal cuál como si fuera uno de ésos, quizás podría ir al mercado y venderme. Qué estúpido. Bueno, lo que iba a explicar era el momento en que desperté : mis ojos se abrieron y no sentí nada. No hay peor sensación, de la que no sentir nada. No sentirse vivo, o vivir por obligación. Y  luego empecé a pensar, y eso fue peor aún. Empecé a recordar cada momento en que aún estaba, estaba junto a mí. El hecho de pensar que ya no volverán esos momentos, esos momentos en dónde me sentía tan protegida y tan segura, esos momentos que se convertían eternos. Esos momentos en que cada abrazo era una enorme red de contención para mí, esos momentos en lo que único que quería hacer era llorar, pero recordaba todo lo bueno que había sucedido y bastaba eso para sentirme tan agradecida. Las canciones, las fotos, las partituras pegadas en la pared y las llaves traen un libro que se inserta en mi cabeza cada vez que lo pienso. Fue como vivir detrás de sus ojos, ver todo de una forma distinta. Colores, sensaciones, besos y miradas se quedaron en lo más profundo de mi corazón. Como nunca nadie lo había hecho, y es que es muy difícil quedar en la mente o en el corazón de alguien, es difícil dejar una huella. No es como los niños pequeños, les das un abrazo y lo más probable es que lo recuerden cada día, ellos son más felices con las cosas simples. Quizás pedí demasiado, quizás debí haberme conformado con menos. Aunque no sé que tanto cuesta dar un abrazo, una palabra de aliento o una mirada con ternura. Pero ya no se trata de pedir o no pedir, de existir o no existir. Se trata de que hay que comenzar denuevo, de encontrarle un nuevo sentido a esta cosa llamada "vida". Tal vez, entregar más la vida al resto, o vivir acompañada por la soledad. Alguna tendré que escoger.
Para terminar, no esperaré un buen día o algo que me haga volver. No esperaré nada, no vale la pena esperar, comenzando con que la palabra "espera" es un tanto tonta, a mí parecer. No me interesa que alguien lea o no esta cosa, yo la escribí solo para una persona. Si la lee o no, cosa de aquella persona. Dream Theater me acompañará el resto de semana, aprendí demasiado. Aprendí mucho de él.

"Estoy aprendiendo todo sobre mi vida, mirando a través de sus ojos."

buen día.

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